martes, 9 de diciembre de 2014

La tristeza.

La desventurada emoción que podemos sentir debida a muchos y muy variados motivos. Como en este blog hemos venido hablando de las parejas, dedicaremos este espacio precisamente a los motivos derivados de la pareja. El mayor de todos estos motivos se considera que es la ruptura de la relación, claro que puede existir uno mayor y mucho menos deseable por supuesto, la muerte de la pareja.
 
 
 
 
   La tristeza sea por el motivo que haya surgido abre el grifo del agua en nuestros ojos, nos hace llorar intensamente. Se trata de una de las emociones más difíciles de controlar y sobre todo de disimular.
 
 
   La ruptura de una hermosa relación que uno ha tenido duele muchísimo. Esta ruptura pudo ser derivada por muchos factores, una separación inminente por cuestiones que ninguno de los dos deseaba, alguna infidelidad, entender que no naciste para esa persona y es mejor que siga su camino, algún coraje, los motivos sobran y a veces suelen ser estúpidos e injustificados.
 
 
  Cuando decidimos hacernos partícipes del amor e involucrarnos con una persona para con ella poco a poco construir una hermosa historia, debemos aprender a lidiar también con esta incontrolable e inexplicable emoción. No todo va a ser felicidad con nuestra pareja y más cuando realmente la consideramos de esa forma y le entregamos todo de nosotros, se presentarán en algún momento obstáculos que debemos sobrepasar con fuerza y coraje.
 
   La distancia, uno de estos obstáculos es una razón que puede provocar la tristeza en nuestra persona, el hecho de no poder estar cerca de nuestra pareja acarrea consigo nostalgia, melancolía, que desata al fin y al cabo la necesidad de estar con esa persona especial, sentir su ausencia y extrañarla realmente desde el fondo de nuestro corazón.
 
    Las rupturas entre parejas suele ser lo que más duele. Más cuando está de por medio una infidelidad y esa fue la causa de la separación. Se siente que el mundo se te caerá encima, que todo el tiempo que invertiste, que todas las cosas que hiciste o dejaste de hacer por esa persona han sido totalmente en vano pues esa persona nunca te quiso como tu a ella. Ahora bien no siempre se trata de infidelidades, a veces dicha persona especial debe partir a algún lugar lejano por cualquier circunstancia y lo peor es que no podemos ir con ella, la tristeza se intensifica al saber que ninguno de los dos tuvo la culpa, siempre se amaron, se entendieron, pero ahora las circunstancias les impide estar juntos, esas mis amigos son despedidas que realmente duelen.
 
     Pero creo que ninguno de esos motivos para ponerse triste se compara con lo que les voy a comentar ahora. Así es nada, ningún dolor puede ser tan intenso como el de perder a esa persona que amas para siempre, que con su muerte se lleve a la tumba tantos hermosos momentos que vivieron juntos. Duele aún más cuando detrás de ese hecho hay toda una bonita historia de amor , respeto, cariño y comprensión. Las personas a las que les sucede esto pueden incluso llegar a caer en una depresión profunda, sí esa enfermedad tan horrible que está de moda en nuestros días.
 
 
 
  Y hasta aquí mis amigos, pues el hablar de este sentimiento tan difícil de entender me da nostalgia y hasta ganas de llorar pues así es la tristeza, cuando te invade es difícil deshacerse de ella.

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