lunes, 8 de diciembre de 2014

Las mentiras.

    Esta vez trataremos a estas pequeñas pillas que a veces se meten en lugares donde no deben y sólo vienen a arruinar las cosas, pero esta mal decir que se meten, más bien las metemos entre nosotros.
 
   Algunos de ustedes deben haber escuchado alguna vez la tan usual frase:
"La verdad siempre sale a la luz"
   Tiene mucho de cierto, pues queramos o no, por más cuidadoso que se es cuando se miente, hay algo o alguien que le hace descubrir a la persona que le mentimos, las mentiras que les decimos, sobre todo cuando hemos convivido mucho con esa persona especial y nos llega a conocer casi por completo.


 
   Hemos repetido incontables veces que el respeto es primordial para hacer feliz a la persona que uno ama, respeto por uno mismo primero y en consecuencia se podrá respetara quien se ama. Sin duda alguna una de las formas para demostrar ese respeto es el hecho de ser honesto. La honestidad trae paz y tranquilidad a la relación, algo positivo que ayuda a que tu pareja te tenga confianza, tema del que ya hemos hablado anteriormente, si hay confianza el ambiente entre pareja se vuelve menos tenso y más agradable de sentir.
 
   Decir mentiras es un pecado para los que somos católicos, aunque realmente no se necesita que una religión te diga que está mal, por simple sentido moral uno puede entender que es una falta de respeto hacia quien le mentimos. Una de las mejores armas para evitar caer en este tipo de situaciones incómodas y provocar la desconfianza de nuestra pareja es decir siempre la verdad, además de que uno se siente tranquilo consigo mismo. Las mentiras cargan consigo culpas innecesarias de sentir, cuando uno se siente pleno y feliz con su pareja.
 
      Las mentiras, sean del tipo que sean dañan y hieren a las personas que amamos. No importa el tamaño de la mentira, lo que vale es que esa persona no tuvo el valor suficiente para decir la verdad. A veces las personas se escudan en las llamadas  "mentiras piadosas". A mi sentir una mentira es una mentira y siempre hará daño a quien uno quiere. Es un camino fácil el de las mentiras, sobre todo cuando intentas salir de una situación incómoda es cuando este sistema de la verdad modificada se activa en nuestro cerebro y uno comienza a inventar cosas falsas que jamás ocurrieron. Mientras más miente una persona, con más fluidez aprende a mentir.
 
  Existen personas que mienten tanto que acaban por ya no saber qué es cierto y qué no lo es. Las personas que suelen ser mentirosas casi siempre terminan solas, pues lo descubren en su falta de honestidad y una persona no honesta es poco aclamada por la sociedad.
 
 
 
    Para el caso del amor, la honestidad es muy importante, de hecho con ella se mide el nivel de confianza que te tiene tu pareja, es decir si tú le mientes o llegas a ocultarle cosas (en este caso deberíamos aclarar que ocultar no es igual a mentir), por lógica su confianza en ti va a disminuir considerablemente. Sé honesto(a) y verás que vivirás una vida tranquila y sin tantas de las complicaciones que acarrean consigo las mentiras.
 
      

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